5.5. Planificación de la jubilación

Muchos trabajadores mayores están pensando en diferentes maneras de hacer la transición del trabajo a la jubilación. Mientras que en el pasado, el momento de la jubilación era más o menos uniforme, hoy existe una amplia variedad de formas y a diferentes edades. Muchas personas están optando por retrasar la jubilación reduciendo su carga de trabajo. Hacen esto porque quieren probar nuevas modalidades de jubilación al tiempo que no están listas para dejar de trabajar completamente.  Muchas otras permanecen en el puesto de trabajo porque no pueden permitirse retirarse completamente, tienen responsabilidades como la de ejercer de abuelos o cuidar a sus padres ancianos, actividad que les ocupa mucho tiempo.

En toda Europa los gobiernos están promoviendo que los trabajadores mayores consideren  diferentes maneras de jubilarse. En España, por ejemplo, los trabajadores a tiempo completo que han alcanzado la edad normal de jubilación pueden reducir sus horas de trabajo al mismo tiempo que cobran sus pensiones, mientras que en Italia, los empleados que llegan a la edad de jubilación pueden solicitar un retraso en el cobro de su jubilación y, por lo tanto, extender su contrato de trabajo. Desde 2010 en el Reino Unido, la mayoría de las edades de jubilación obligatoria son ilegales, lo que significa que muchos trabajadores mayores pueden permanecer en el trabajo mientras puedan completar sus tareas.

 

El hecho de que los trabajadores tengan más opciones en el cómo y cuándo se jubilan es algo bueno, ya que pueden adaptar el momento de la jubilación a sus estilos de vida.

 

También puede beneficiar a los empresarios, ya que pueden utilizar las opciones de jubilación de manera gradual como una forma de retener al personal de mayor edad que tiene habilidades clave, gestionar mejor la plantilla de cara a satisfacer las demandas de trabajo, y alentar al personal de mayor edad a que asuma roles en puestos de trabajo donde se usen sus habilidades y experiencia de nuevas maneras. Sin embargo, también impone un nuevo requisito tanto a los trabajadores como a los directivos: aprender a mantener conversaciones serias y francas sobre la jubilación de los empleados y así desarrollar un plan que sea viable para ambas partes.

 

Mantener una conversación sobre planes de jubilación no siempre es fácil. Un empleado puede ser reacio a hablar con su gerente acerca de cuándo quiere jubilarse, ya que quiere evitar anunciar que planea irse eventualmente del trabajo y, por lo tanto, que se entienda que está menos comprometido con su labor. A algunos les preocupa que al anunciar sus planes de jubilación no se les tenga en cuenta para nuevas tareas o proyectos interesantes. Por lo tanto, pueden optar por esperar hasta el último minuto antes de informar a su gerente de que tienen la intención de jubilarse. Los gerentes también intentan evitar las conversaciones sobre la jubilación porque temen que abordar el tema envíe una señal equivocada de que quieren que el trabajador mayor se jubile lo antes posible, incluso siendo su intención justamente la contraria.

 

Tener una conversación sobre los planes de jubilación es crucial para gestionar la transición de la jubilación de una manera que se adapte tanto al empleado como al empresario.

 

Primero, es posible que los empleados no siempre estén al tanto de las opciones que tienen con respecto a cómo y cuándo jubilarse. Incluso cuando un empresario ofrece opciones de jubilación gradual, como reducir las horas de trabajo o asumir una función de mentor, los empleados pueden que no hayan considerado esas posibilidades. Repetimos: los resultados con beneficios para ambas partes —empresario y trabajador— solo se producen a través de conversaciones. Por ejemplo, un gerente puede querer que el trabajador mayor demore la jubilación para ayudar a su sucesor a adaptarse al trabajo.

Para tener una conversación seria y franca sobre los planes de jubilación, los trabajadores mayores necesitan información no solo sobre qué opciones están disponibles para ellos, sino también sobre cómo pueden lograr una jubilación satisfactoria. La planificación anticipada de la jubilación puede ser un recurso valioso para los empleados ya que se preparan en términos de planificación financiera, así como a la hora de definir qué actividades desean realizar. También puede eliminar parte de la incertidumbre sobre los propios planes de jubilación porque los trabajadores que tienen una idea clara de sus ingresos de jubilación también tienen más probabilidades de tener una fecha firme en la que planeen jubilarse.

 

¿Cómo puede ayudar el diálogo social?

 

La planificación de la jubilación supone, principalmente, emprender un diálogo entre empleado y empresario/gerente. Sin embargo, el diálogo social en el lugar de trabajo o a nivel organizacional puede alentar y apoyar las discusiones sobre la jubilación.

Primero, los representantes sindicales y los gerentes pueden trabajar conjuntamente para informar a los empleados sobre las opciones disponibles para ellos. Los interlocutores sociales pueden discutir con los empleados no solo qué opciones de jubilación existen, sino también mostrar ejemplos de cómo el personal ha hecho uso de fórmulas de jubilación gradual para una transición mejor entre mundo laboral y retiro. Algunos sindicatos están movilizando los llamados retirement champions —adalides, figuras de referencia de la jubilación—: se trata de miembros del sindicato que se jubilaron y que están disponibles para hablar con sus colegas sobre cómo planificar la transición hacia la jubilación. Por otro lado, conocer los medios a través de los cuales los empleados pueden recopilar información —por ejemplo, en cursos de pre-jubilación— también es importante para ayudarles a preparar la jubilación.

En segundo lugar, los interlocutores sociales pueden colaborar en averiguar cómo y cuándo los empleados quieren jubilarse. Los empleados pueden sentirse más cómodos hablando con sus representantes sindicales en vez de con su gerente sobre el momento de jubilación, ya que pueden expresar sus expectativas e intereses sin sentirse comprometidos. Los representantes sindicales pueden informar entonces a los gerentes sobre el tipo de ofertas de jubilación que mejor se adaptarían a las necesidades y aspiraciones de la fuerza laboral. Finalmente, los interlocutores sociales pueden trabajar colaborativamente para garantizar que las conversaciones sobre los planes de jubilación se hagan de manera constructiva. ¿De qué modo?

 

  • Acordando un proceso para las discusiones sobre la jubilación de modo que los empleados puedan iniciar un diálogo sobre sus planes de jubilación sin perjudicar sus planes profesionales.

 

  • Estableciendo un calendario para que empleados y gerentes empiecen y desarrollen conversaciones sobre la planificación de la jubilación.

 

  • Listando las opciones de jubilación disponibles en la organización e informando de cómo pueden adaptarse a las necesidades de los empleados.

 

  • Desarrollando, probando e incorporando nuevos enfoques a la planificación de la jubilación. Los empleados que prueben nuevas formas de encarar la jubilación pueden comentar cómo funcionan y cómo se podrían adaptar en el futuro a la plantilla.

 

  • Identificando posibles bloqueos al diálogo. Si el personal no está dispuesto o se siente incapaz de hablar sobre sus planes de jubilación, los representantes sindicales pueden ayudar a averiguar por qué, y discutir con los gerentes formas de crear espacios más seguros para que el personal se sienta cómodo para hablar sobre el tema.

 

  • Apoyando conversaciones individuales sobre planes de jubilación. En algunas circunstancias, los representantes sindicales pueden ser parte de una conversación individual sobre los planes de jubilación con el fin de apoyar a empleados concretos al tiempo que ofrecen ideas sobre resultados de planes de jubilación que sean mutuamente beneficiosas para ambas partes.

 

  • Es importante recordar que una discusión sobre la jubilación es tan solo una parte de una discusión más amplia sobre el desarrollo profesional. Los gerentes que tienen conversaciones regulares con el personal acerca de sus planes profesionales están más dispuestos a tener más discusiones constructivas con el personal sobre sus planes de jubilación. En lugares de trabajo con una cultura de diálogo abierto sobre los planes de desarrollo profesional suelen estar también más dispuestos a emprender conversaciones sobre la jubilación.

 


Preguntas para el diálogo:

 

¿Normalmente, cuándo y cómo se jubilan los empleados en su empresa/organización? ¿Siguen un patrón establecido o individualizan sus planes?

¿Existen procesos claros sobre cómo dialogar en torno a la jubilación? ¿Son conscientes los empleados y gerentes sobre cuándo se debe notificar el aviso y en qué momento se deben producir ese diálogo?

¿Tienen los empleados a su disposición un menú de opciones de jubilación?

¿Se sienten cómodos los empleados y gerentes al hablar sobre la jubilación? Si no, ¿hay mejores maneras de facilitar ese diálogo?

¿Hay alguna forma de probar y, en su caso, de incorporar nuevos enfoques a la jubilación?